Principales resultados

Situación General y Evolución del Consumo

  • Como sucede en muchos países, las sustancias psicoactivas más consumidas por los estudiantes españoles de 14-18 años son el alcohol y el tabaco.

    Un 81,7% habían consumido alcohol en los doce meses previos a la encuesta y un 40% lo había hecho al menos un día a la semana.

    Un 29,2% habían fumado tabaco alguna vez durante los 30 días previos a la encuesta y un 22,3% había fumado diariamente durante ese período.

  • La proporción de consumidores de drogas de comercio ilegal, principalmente cannabis, alucinógenos y psicoestimulanteses como las anfetaminas y éxtasis, es también es relativamente elevada.
  • Entre 1994 y 1996 aumentó significativamente la proporción de consumidores de cannabis, alucinógenos y psicoestimulantes como las anfetaminas y el éxtasis ( Figuras 1 y 2 ).
  • Entre 1994 y 1996 también creció la proporción de consumidores de cocaína ( Figura 3 ).
  • Durante ese período aumentó también ligeramente la proporción de fumadores.
  • La proporción de estudiantes que habían fumado alguna vez durante el último mes pasó de 28,1% en 1994 a 29,2% en 1996 y la proporción de fumadores diarios de 20,6% a 22,3%.
  • La edad media de inicio en el consumo de tabaco pasó de 13,8 años en 1994 a 13,3 en 1996.
  • Entre 1994 y 1996 disminuyó ligeramente la edad media de inicio en el consumo de tabaco, drogas de síntesis y tranquilizantes, y aumentó la edad media de inicio en el consumo de alcohol.

II. Psicoestimulantes (Cocaína, Anfetaminas, Éxtasis y Similares) y Alucinógenos.

  • Actualmente los psicoestimulantes más consumidos por los estudiantes son los derivados anfetamínicos (incluido el éxtasis), aunque una proporción nada desdeñable consume cocaína.

    Un 4,1% de los estudiantes de 14-18 años había consumido anfetaminas o "speed" durante los doce meses previos a la encuesta, un 3,9% éxtasis o drogas de síntesis similares y un 2,6% cocaína.

  • Los estudiantes consumen el éxtasis principalmente en discotecas o bares, durante los fines de semana o días señalados (fiestas) y para divertirse o experimentar nuevas sensaciones. De los estudiantes que habían consumido éxtasis durante los 12 meses previos a la encuesta un 69% lo había hecho principalmente en discotecas o salas de fiesta, un 26% en bares y un 19% en carpas o naves industriales en el curso de fiestas organizadas.

    Un 53% de los que habían consumido durante los 12 meses previos a la encuezta lo habían hecho principalmente durante los fines de semana y un 42% en ocasiones especiales (fiestas locales, cumpleaños, fin de año etc).

    La motivación principal del consumo fue divertirse (45,7%), experimentar nuevas sensaciones (40,6%) o bailar (27,8%).

  • Una proporción importante de consumidores ha realizado alguna vez en su vida sesiones de consumo de éxtasis o de drogas de síntesis bastante intensas.

    Considerando sesión de consumo de éxtasis al período de tiempo en que se está ininterrumpidamente bajo los efectos de esta sustancia, se constata que casi un tercio de los que han probado el éxtasis han tomado alguna vez en su vida 3 pastillas o más en una sola sesión ( Figura 4 ).

  • Los consumidores de éxtasis o drogas de síntesis similares experimentan con cierta frecuencia problemas que atribuyen al consumo de estas sustancias, principalmente conflictos sociales o absentismo escolar. Los problemas de salud parecen menos frecuentes ( Figura 5 ).
  • Los consumidores de éxtasis o drogas de síntesis similares viajan con frecuencia en vehículos de motor conducidos por personas bajos los efectos de estas drogas.

    Un 16,8% de los estudiantes que habían consumido estas sustancias en los doce meses previos a la encuesta había sido durante ese período conductores de un vehículo estando bajo los efectos de estas sustancias y un 48,2% habían sido pasajeros de vehículos conducidos por alguien que estaba bajo dichos efectos ( Figura 6 ).

  • El consumo de alucinógenos, fundamentalmente LSD, está tan extendido como el de éxtasis y anfetaminas, y entre 1994 y 1996 experimentó un crecimiento notable.

III. Alcohol

  • Como ya se indicó, el consumo de bebidas alcohólicas está generalizado entre los estudiantes de 14 a 18 años, pero no se detecta un aumento de la proporción de consumidores ( Figura 7 ).
  • El consumo de alcohol entre los estudiantes se produce fundamentalmente durante los fines de semana.

    Durante los 30 días previos a la encuesta, un 46% de los estudiantes habían consumido bebidas alcohólicas exclusivamente durante los fines de semana, un 19% durante los fines de semana y los días laborables y menos de un 1% exclusivamente durante los días laborables.

    La intensidad de consumo durante los fines de semana (viernes, sábado y domingo) es entre 4 (hombres) y 8 veces (mujeres) más elevada que durante los días laborables ( Figura 8 ).

  • La cerveza y los combinados o cubatas son los dos tipos de bebidas alcohólicas consumidas por una mayor proporción de estudiantes de 14-18 años ( Figura 9 ).
  • Los estudiantes consumen bebidas alcohólicas principalmente en establecimientos o espacios públicos (bares, discotecas, calle), en un contexto social o de diversión.

    Un 55% de los que habían consumido bebidas alcohólicas durante el mes previo a la entrevista, consumieron estos productos principalmente en los bares con amigos, un 24% en las discotecas y un 22% en la calle con amigos.

  • La proporción de estudiantes que refieren episodios de consumo excesivo o borracheras ocasionales es elevada.

    Durante el mes previo a la encuesta, un 27,7% habían tomado alguna vez cinco o más vasos/copas de bebidas alcohólicas en un intervalo de tres horas.

    Un 41% se había emborrachado alguna vez en su vida y un 21% lo había hecho durante el mes previo a la encuesta ( Figura 10 ).

  • Sólo un 7,5% de los estudiantes de 14-18 años tienen la percepción de que beben bastante o mucho alcohol.
  • Los cambios en las características del consumo de alcohol con respecto a 1994 son de escasa magnitud, por lo que no merece la pena especular sobre ellos.
  • Los consumidores de bebidas alcohólicas experimentan con cierta frecuencia problemas que atribuyen al consumo de estas sustancias, principalmente conflictos sociales ( Figura 10 ).

    Un 22,4% ha tenido alguna vez en su vida problemas a causa de su consumo de bebidas alcohólicas. Por ejemplo, como consecuencia de este consumo un 15,8% ha tenido conflictos (riñas, discusiones, etc) sin agresión física, un 7,7% peleas o agresiones físicas y un 5,7% accidentes que precisaron atención médica.

  • Los consumidores de alcohol viajan con frecuencia en vehículos de motor conducidos por personas bajos los efectos de esta sustancia.
  • Un 7,3% de los estudiantes que habían consumido alcohol en los doce meses previos a la encuesta había sido durante ese período conductores de un vehículo estando bajo los efectos de esta sustancia y un 24% pasajeros de vehículos conducidos por alguien que estaba bajo dichos efectos.
  • Las razones principales para no consumir alcohol entre los estudiantes que no lo hacen habitualmente son los efectos negativos para la salud y su potencialidad para producir accidentes graves ( Figura 11 ).

IV. Cánnabis

  • Excepción hecha del alcohol y el tabaco, el cánnabis es la droga más extendida entre los estudiantes de 14-18 años, y la que experimenta un mayor incremento en términos absolutos: declaran haberla consumido en los últimos 12 meses un 5% más que en 1994.

V. Diferencias en el consumo según la edad

  • En general, la proporción de consumidores de todas las drogas de comercio ilegal aumenta progresivamente entre los 14 y los 18 años

    Por ejemplo, la proporción de estudiantes que habían consumido cannabis el año previo a la encuesta pasó de 8,3% a los 14 años a 40,3% a los 18 años y la proporción de los que habían consumido cocaína de 0,4% a 7,6% ( Figura 12 ).

  • También aumenta mucho con la edad la proporción de bebedores y la intensidad de consumo de alcohol.

    La proporción de estudiantes que habían consumido bebidas alcohólicas en los 30 días previos a la encuesta pasó de un 39,9% a los 14 años a un 84,4% a los 18 años y la cantidad media de alcohol puro consumido diariamente durante los fines de semana de 39 a 75 centímetros cúbicos ( Figura 13 ).

VI. Diferencias en el consumo según sexo

  • La proporción de consumidores de cualquier droga de comercio ilegal es más alta entre los chicos que entre las chicas ( Figura 14 ).
  • No hay diferencias en la proporción de consumidores de bebidas alcohólicas según el sexo, pero los chicos beben de forma más intensa que las chicas.

    La cantidad de alcohol puro consumida diariamente durante los fines de semana por los que tomaron bebidas alcohólicas durante los 30 días previos a la encuesta fue de 71 centímetros cúbicos entre los chicos y de 47 cc entre las chicas.

  • La proporción de fumadores es bastante más alta entre las chicas que entre las chicos, pero el número medio de cigarrillos fumados es algo más elevado entre los chicos.

    La proporción de chicas que habían fumado tabaco durante los treinta días previos a la encuesta fue de un 34,5% frente a un 23,7% de chicos. El número medio de cigarrillos fumados diariamente por las chicas fue de 7 frente a 8,4 los chicos. La proporción de consumidores de tranquilizantes o pastillas para dormir sin prescripción médica es bastante más alta entre las chicas que entre los chicos.

    Un 5,6% de las chicas y un 3,1% de los chicos habían consumido estas sustancias durante los 12 meses previos a la encuesta.

VII. Riesgo percibido ante el consumo de las distintas drogas

  • En general, los estudiantes piensan que consumir drogas de comercio legal (alcohol, tabaco y tranquilizantes) causa menos problemas que consumir drogas de comercio ilegal ( Figura 15 ).

    Por ejemplo, la proporción de estudiantes que piensan que consumir cannabis alguna vez puede causar muchos o bastantes problemas es de un 50%, frente a un 43% que piensan lo mismo de tomarse cinco o seis cañas o copas durante el fin de semana.

  • Las dos conductas percibidas como las más peligrosas son el consumo habitual de heroína o de cocaína, aunque no hay grandes diferencias entre las distintas drogas de comercio ilegal ( Figura 15 ).

    Por ejemplo, un 80% piensan que consumir habitualmente cannabis puede causar muchos o bastantes problemas, frente a un 88% que piensan lo mismo del consumo habitual de heroína.

  • En el caso de las drogas de comercio ilegal, el riesgo percibido por los estudiantes parece más asociado a la frecuencia de consumo (esporádico o habitual) que al tipo de droga.

    Por ejemplo, un 80% piensan que consumir habitualmente cannabis puede causar muchos o bastantes problemas frente a un 71% que piensa lo mismo de consumir heroína alguna vez.

  • Entre 1994 y 1996 disminuyó ligeramente el riesgo percibido ante el consumo esporádico o habitual de las distintas sustancias psicoactivas, excepto en el caso del éxtasis que se mantuvo relativamente estable ( Figura 15 ).
  • Conclusiones similares se obtienen cuando en vez del riesgo percibido ante diversas conductas de consumo se utiliza como indicador la aprobación o rechazo personal de esas conductas ( Figura 16 ). Conviene resaltar que se rechazan en menor medida en 1996 prácticamnete todas las conductas analizadas a excepción del consumo del alcohol.

VIII. Disponibilidad percibida de las distintas drogas

  • Sin considerar el tabaco, las drogas percibidas como más accesibles por los estudiantes son las de comercio legal (alcohol, tranquilizantes/pastillas para dormir). Entre las drogas de comercio ilegal la más accesible, con diferencia, es la cannabis y la menos accesible la heroína ( Figura 17 ).
  • Con respecto a 1994 no hay grandes diferencias en este indicador, aunque se detecta un cierto descenso de la accesibilidad a bebidas alcohólicas y anfetaminas y un aumento importante de la accesibilidad a tranquilizantes/pastillas para dormir ( Figura 17 ).

IX. Información sobre las drogas

  • Un 74% (66% en 1994) se siente satisfactoriamente informado con respecto al tema de las drogas.
  • La vía principal por la que una mayor proporción de estudiantes ha recibido información sobre este tema son los medios de comunicación social, los padres o hermanos y los amigos.

    Un 60% cita a los medios de comunicación como una de las tres vías de las que ha recibido principalmente información sobre drogas, un 53% a los padres o hermanos y un 41% a los amigos.

    Desciende con respecto a 1994 la proporción de los que reciben información principalmente de los medios de comunicación (68% en 1994 y 60% en 1996).

  • Las vías consideradas por los estudiantes como mejores y más objetivas para recibir información sobre las drogas son las personas que han tenido contacto con estas sustancias y las charlas y cursos sobre el tema.

    Las personas que han tenido contacto con las drogas fueron citadas por un 49% de los estudiantes como una de las tres vías mejores y más objetivas para recibir información sobre las drogas. Le siguen a continuación las charlas o cursos sobre el tema, citadas por un 48% de los estudiantes. Entre las fuentes de menor credibilidad se sitúan los familiares distintos de los padres y hermanos (13%), los amigos (14%), los libros y folletos (20%) y los profesores (20%).

  • La mitad de los estudiantes ha recibido información en clase sobre el consumo de drogas y los problemas asociados con las distintas sustancias y formas de consumo, y la mayoría consideran muy útil o bastante útil (86%) la información recibida.
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